Renuncia de la Luna

 He decidido marcharme,

Cansada de ser el espejo de una luz ajena,

No hay fuerza que hoy pueda callarme,

Ya que nunca hubo alguien que oyera mi pena.

 

He alumbrado caminos sin ser invitada,

Testigo de noches de amores y horrores,

Mientras que una estrella cálida era halagada,

Yo solo me quedaba entre los espectadores.

 

Mis ciclos ya no son danzas de esperanza,

No desde que a ti sol te comencé a admirar,

Anhelando con fuerza ser tu semejanza,

Para no solo de lejos poderte amar.

 

Pero tú, Sol, no ves mis lágrimas lejanas,

No ves cuanto me duele que nos separe el mañana,

Como mi noche no valorada, de seguir me quita las ganas,

De mi deseo de ser luz que está tan lejos, pero se siente cercana.

 

Así que, Sol, me voy sin pedir perdón,

Dejo de ser esa luna que ruega amor,

Llevándome todo, siendo esta mi última confesión,

Tal vez nos encontremos en el eclipse, uniéndonos en esplendor.

Con todo mi cariño,
Madame Emilie Dupont



Comentarios