Hubo un tiempo en que el sol era eterno,
Gozando todo el día del amor fraterno,
Mi mente flotaba en sueños estando
despierta,
Mi cabeza a cualquier idea estaba abierta.
Tiempos donde la mayor angustia era la
tarea,
Donde compartir un juguete te hacia amigos,
Donde con un abrazo se acababa una pelea,
Siendo del rápido avance del reloj
testigos.
Ahora las horas no esperan por nadie,
Cada día viéndonos en un espejo roto,
Sintiendo como mi ilusión hasta las cenizas
arde,
Desconociendo mi propia imagen en una foto.
Las nubes de siempre no lucen iguales,
Me he vuelto incapaz de encontrarles forma,
Luchando por seguir en mis cabales,
Siendo señalada cuando rompo la norma.
Y así sigo, mirando atrás sin poder volver,
La niña que fui se ahoga en la
desesperanza,
Extrañando la bella simpleza del ayer,
Añorando aquellos seguros años de crianza.
Ya nada en mi vida es lo mismo,
Ahora bailo por encima de un abismo,
Todo es gris y me toca inventar colores,
Para no ser consumida por mis errores.

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