Soy invierno en tus paisajes,
ella es verano en tu historia.
Intenté hablarte en todos los lenguajes,
pero solo sus palabras viven en tu memoria.
Yo te miro paciente desde lejos,
imaginándonos bajo la nieve, llegando a viejos,
mientras tú y ella se miran a detalle,
derribando barreras con risas que hacen que calle.
Me dijiste que preferías el frío al calor,
pero te veo tan feliz a su alrededor...
Cuando te observo, pareces un copo de nieve,
pero con ella, un girasol que al viento se mueve.
A veces, de verdad siento que te entiendo:
el frío duele, la nieve estorba y el hielo es complicado,
aunque me abra y, por ti, esté enloqueciendo.
En cambio, ella es calidez; su voz es un canto en el viento.
Solo su sonrisa y su encanto dejan a cualquiera sin aliento.
Si tan solo vieras cómo, bajo el hielo, arde un sueño,
un sueño que se extingue al calor del verano.
Los paisajes blancos de mi alma tienen dueño,
pero nunca me elegirá... dejándome en lo lejano.
Con todo mi cariño,
Madame Emilie Dupont

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